Ayer tuve la oportunidad de ver el estreno de la película "El capital" del director Costa-Gavras (2012) basada el la novela del mismo título cuyo autor es Stéphane Osmont.Éste film francés muy técnico para los poco iniciados en la teorías económicas, me ha dejado un claro mensaje: el amor por el dinero es para el personaje (Marc Tourneuil , representado por el actor francé...
s Gad Elmaleh ) y tanta gente que en él se refleja, lo más importante en su vida. Éste amor que va más allá de la sola ambición, está por encima de la familia, los hijos, las amantes misteriosas y el puro sexo; más allá de la amistad de años, más allá de todo. Es,sí adoración, placer infinito que hace sentir poderoso y manipulador de las personas como si de marionetas se trataran. Éste calor y pasión por tenerlo, acariciarlo, olerlo se sitúa muy por encima del mero poder adquisitivo. Con él, ya no sólo se puede tener lujo sino ser dios!!
Esta película me ha hecho pensar y no sólo en la situación financiera de Europa, de España en estos momentos. Tras finalizar la proyección, recordé la noticia de esa misma mañana que hablaba de un policía neoyorquino, quien se había acercado a un indigente, sentado descalzo sobre la fría acera de una de las calles de Nueva York.Existe, también una foto furtiva, captada por una turista en la se ve como el policía se agacha para preguntarle si necesita algo. La respuesta del mendigo fue escueta"no, pero gracias por preguntar" Después, todos supimos por los Informativos, que ese mismo policía le habría comprado, con su propio dinero, unos calcetines y unas botas. Dice que nunca supo más de él, pero que el tique de compra lo lleva siempre dentro de su chaleco antibalas, por que le da suerte.
Tanto las escenas de ficción de El capital, como la realidad palmaria de la neoyorquina, definen para mí, las dos caras de una actitud personal:que hay personas cuya única vocación es la riqueza y otras, por contra, la pobreza. Ambas poseen muchos matices pero quizás, el resumen final sea desde mi punto de vista, esclavitud frente a libertad.
Esta película me ha hecho pensar y no sólo en la situación financiera de Europa, de España en estos momentos. Tras finalizar la proyección, recordé la noticia de esa misma mañana que hablaba de un policía neoyorquino, quien se había acercado a un indigente, sentado descalzo sobre la fría acera de una de las calles de Nueva York.Existe, también una foto furtiva, captada por una turista en la se ve como el policía se agacha para preguntarle si necesita algo. La respuesta del mendigo fue escueta"no, pero gracias por preguntar" Después, todos supimos por los Informativos, que ese mismo policía le habría comprado, con su propio dinero, unos calcetines y unas botas. Dice que nunca supo más de él, pero que el tique de compra lo lleva siempre dentro de su chaleco antibalas, por que le da suerte.
Tanto las escenas de ficción de El capital, como la realidad palmaria de la neoyorquina, definen para mí, las dos caras de una actitud personal:que hay personas cuya única vocación es la riqueza y otras, por contra, la pobreza. Ambas poseen muchos matices pero quizás, el resumen final sea desde mi punto de vista, esclavitud frente a libertad.