miércoles, 19 de junio de 2024

 

BÚSCAME LEJOS

Búscame en el horizonte

Búscame, búscame lejos,

Búscame en la ladera helada de la montaña más lejana

 

Búscame lejos, búscame en el rincón más oscuro de mi casa vacía,

en la pena eterna de haberte perdido,

en las lágrimas secas de algún pañuelo antiguo,

Búscame en adiós mudo,

Búscame en el olvido.

jueves, 8 de febrero de 2024

 


Ja,ja,ja Radical templado !! esas dos palabras son antagónicas. Hay
que ser RADICAL-RADICAL, yo te aseguro que lo soy. Pero a raíz del
símil tan precioso que haces con El Teide, se me ocurre que otra
forma de alcanzar la felicidad es -ni más ni menos- que la
contemplación de la BELLEZA. El placer estético es, para mí, algo
especial, casi sublime. Me llena de sensaciones que poco a poco, van
derivando en emociones difíciles de describir. No hace falta subir al
Teide para lograrlo. Alguna tarde de Otoño, me he quedado prendada
de la luz que entraba a través de ventana de mi cocina. Los colores
alegres de los muebles adquirían un tono más oscuro y cálido. Algún
rayo de luz reflejaba el brillo de un objeto de acero, una cuchara,
un salero que, al contrario de parecer fríos, me hacían sentir un
calor de hogar casi ancestral... Sentir, oír algo más lejos, los
acordes de guitarra en la habitación de mi hijo, mientras compone...
Sentir, recordar el tacto de la piel de mi madre...Sentir, el perfume
de aquellas mimosas, que un día recogí al lado de la carretera...
Sentir, el sabor de un bombón de chocolate y avellana y el de la boca
de quien amo... Todo eso es BELLEZA, emoción que me lleva a la
felicidad
21-3-03

sábado, 3 de febrero de 2024

MUÑECAS DE PORCELANA

 


 

.Parece ser que éste el título de una página Web   (cerrada, ya) en la que las anoréxicas, de todas las edades, daban rienda suelta a la locura que significa ésta enfermedad.  Cuando leí la noticia, no pude por menos de sentir un escalofrío, al ver como,  establecían una especie de campeonatos, con premios incluidos, para ver quien comía menos al cabo del día. Contenía también la página fotos escalofriantes de jóvenes cadavéricas como modelos a seguir por las participantes de dicha página. Y es fácil de comprender que compitieran. Las anoréxicas  tienen una personalidad perfeccionista y competitiva. Son chicas y chicos inteligentes, limpios, ordenados, buenos estudiantes, hijos e hijas modelo, que en su afán de controlarlo todo, sujetan de manera demencial,  hasta el instinto más básico de la supervivencia: el hambre. Tienen un ideal espartano que les lleva a contar las horas de sueño y a vencerlo si hace falta. Practican ejercicio físico desmesurado para quemar las calorías que no consumen. Pero ¿como empezó todo? Qué desencadena en personas que, supuestamente, tienen una vida acomodada, lleguen a éstos extremos? La pregunta, para mí, tiene dos tipos de respuesta. Por un  lado, ésta sociedad en la que imagen es primordial y presiona especialmente a las mujeres para seguir unos cánones de belleza irreal (fea pero delgada) Un desengaño amoroso, un comentario  malintencionado, un conflicto familiar no asimilado  ni resuelto desemboca en ésta flagelación del propio cuerpo. Por otro, existe un toque místico y espiritual en esta búsqueda de la verticalidad: como en los cuadros de El Greco, esa espiritualidad se refleja en cuerpos alargados, casi etéreos, en cara afiladas… Todo comenzó con una dieta y poco a poco llegó a ser una obsesión que devora el cuerpo y la mente, por que el espejo les devuelve una imagen distorsionada, gorda. Ese es uno de los grandes dramas de estas frágiles muñecas de porcelana. 

 

 

miércoles, 21 de enero de 2015

domingo, 21 de abril de 2013

EL DUELO

No hace mucho, me preguntaba uno de mis hijos la diferencia que existía entre el duelo entre caballeros, ese combate pactado entre dos personas, tan típico y frecuente de finales del siglo XIX y principios del XX, y el duelo que a menudo, sufrimos las personas por la pérdida de un ser querido. La pregunta me sorprendió en parte por que nunca me había planteado semejante comparación y menos una explicación. Los dos conceptos coexistían en mi mente como algo natural y completamente diferentes en su significado. La explicación, al fin, resultó sencilla acudiendo a la etimología. Duelo, dolor, dolencia, igual a malestar físico o psíquico que una o varias personas sienten.

El duelo entre caballeros tenía como finalidad causar la muerte o herida grave a una persona que se suponía había mancillado el honor de otro. Mediante unas normas explícitas o implícitas, los dos caballeros pactaban un encuentro un día y una hora, para batirse en duelo con las armas que ambos o uno de los dos eligiera. Se trataba de restituir ese dolor moral que uno había sentido, causando un dolor físico al segundo, digamos que para equilibrar esa sutil balanza de los sentimientos, evitar las burlas sociales y crear así una “satisfacción”.Dolor-doloris, esa aflicción que cambia nuestra percepción de la realidad, el color de la vida, la ausencia de bienestar, puede durar un instante o toda una vida. Cuando alguien querido sufre o se muere, el duelo es la respuesta. Dolor psíquico que nos atenaza y que si el paso el tiempo no lo atenúa, puede convertirse en patológico. Duelo, dolor por la pérdida, duelo por la separación física, duelo por el distanciamiento emocional, dolor por el abandono…Dolor-doloris, tan difícil de describir y que hizo como nadie el gran escritor Eugenio D’ors (Xenius) (Barcelona 1883, 1954).

sábado, 1 de diciembre de 2012

EL CAPITAL Y LA RIQUEZA


Ayer tuve la oportunidad de ver el estreno de la película "El capital" del director Costa-Gavras (2012) basada el la novela del mismo título cuyo autor es Stéphane Osmont.Éste film francés muy técnico para los poco iniciados en la teorías económicas, me ha dejado un claro mensaje: el amor por el dinero es para el personaje (Marc Tourneuil , representado por el actor francé...
s Gad Elmaleh ) y tanta gente que en él se refleja, lo más importante en su vida. Éste amor que va más allá de la sola ambición, está por encima de la familia, los hijos, las amantes misteriosas y el puro sexo; más allá de la amistad de años, más allá de todo. Es,sí adoración, placer infinito que hace sentir poderoso y manipulador de las personas como si de marionetas se trataran. Éste calor y pasión por tenerlo, acariciarlo, olerlo se sitúa muy por encima del mero poder adquisitivo. Con él, ya no sólo se puede tener lujo sino ser dios!!


Esta película me ha hecho pensar y no sólo en la situación financiera de Europa, de España en estos momentos. Tras finalizar la proyección, recordé la noticia de esa misma mañana que hablaba de un policía neoyorquino, quien se había acercado a un indigente, sentado descalzo sobre la fría acera de una de las calles de Nueva York.Existe, también una foto furtiva, captada por una turista en la se ve como el policía se agacha para preguntarle si necesita algo. La respuesta del mendigo fue escueta"no, pero gracias por preguntar" Después, todos supimos por los Informativos, que ese mismo policía le habría comprado, con su propio dinero, unos calcetines y unas botas. Dice que nunca supo más de él, pero que el tique de compra lo lleva siempre dentro de su chaleco antibalas, por que le da suerte.

Tanto las escenas de ficción de El capital, como la realidad palmaria de la neoyorquina, definen para mí, las dos caras de una actitud personal:que hay personas cuya única vocación es la riqueza y otras, por contra, la pobreza. Ambas poseen muchos matices pero quizás, el resumen final sea desde mi punto de vista, esclavitud frente a libertad.

sábado, 20 de octubre de 2012

LA MÚSICA INTERIOR

No hay duda de que vivimos en el más ruidoso de los mundos. En el
campo o la ciudad, cada mañana nos despiertan las sirenas de las
ambulancias, bomberos o policía, con más fuerza que el propio
despertador. Entablar una conversación por las calle es, en
demasiadas ocasiones, una tarea imposible. Siempre habrá algún tubo
de escape de moto que nos haga torcer el gesto y agudizar el oído
para poder seguir la conversación de nuestro interlocutor Cada día,
hay más jóvenes que pasean con sus MP3 o MP4 "enganchados" a sus
orejas.

Éste fin de semana he estado en una de las múltiples fiestas que se
celebraban en distintos municipios asturianos. Allí, en la plaza de
pueblo, también había ruido. Un grupo de gaiteros se esforzaba sin
mucho éxito en que escucháramos las canciones que tocaban. Grupos de
personas se reían e intentaban charlar levantando la voz. La sidra
chisporroteba contra el fino cristal de los vasos... Por un
instante, me quedé absorta y desconecté de todo lo que me rodeaba.
Con la mirada fija en el balcón desvencijado de una de las casas,
sentí en mi cara el pálido rayo de sol del atardecer otoñal y
entonces, comencé a oír mi música interior. Era una melodía que nada
tenía que ver con el sonido de las gaitas, ni con la algarabía de
alrededor. La música era suave, tranquilizante, placentera, una
especie de new age. Sentí una paz infinita que se rompió de repente
por la voz cantarina de una niña de unos ocho años que tarareaba una
canción del grupo de gaiteros. Y fue en ese momento, cuando comprendí
por qué al ser humano le gusta vivir entre ruidos: la televisión,
dormir con los auriculares de radio, poner la música a decibelios
insoportables, el barullo de las concentraciones humanas…creo que
muchos tratan o tratamos de huir, de esa forma, de nuestros propios
pensamientos. Sentimos miedo a lo que puedan decirnos. Tenemos pavor
a nuestras propias emociones; a hundirnos en la miseria de una
realidad que no nos gusta, que quizás sea demasiado vulgar o
terrible. Tememos al espejo fiel e insobornable de nuestra
existencia...
Yo me sentí mejor que nunca al son de esa música interior. De ahora
en adelante, afinaré mis sentidos para lograr oírla más a menudo. Tal
vez, sea la puerta para lograr LA PAZ DEL ALMA.