sábado, 15 de septiembre de 2012

A JUANFRAN Y NACHO

A Juanfran y Nacho


Siempre estuviste ahí y yo sólo te intuía. Desde pequeña, buscaba tus ojos azules y negros,  marrones y pardos;  verdes y  rasgados; grandes y redondos con los que me mirabas, casi sin pestañear. Hasta que un día te sostuve en mis brazos. Sentía miedo, eras tan frágil… pero tú me sonreíste y nuestro amor fue para siempre, por que tú eres mi hijo, vosotros sois mis hijos.

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