sábado, 15 de septiembre de 2012

EL FRÍO DE LOS DÍAS

Ahora que llega el frío de éste incipiente otoño, el paisaje de las
ciudades se me hace aún más gélido. Contemplar, como los edificios,
nuevos o rehabilitados se construyen, cada vez más, con acero,
cristal, mármol… Y es que, los humanos nos empeñamos en que todo lo
que nos rodea parezca más limpio, más liso, más perfecto. Nosotros
mismos buscamos, sin cesar, en nuestro físico esa perfección. Cada
día, se hace más importante, mostrar un cabello hidratado y
brillante, un rostro terso, una boca sensual de sonrisa blanqueada,
artificialmente. Poseer unos pechos turgentes, un vientre plano, un
culo alto y prieto. Tener las piernas largas y torneadas, sin atisbo
de celulitis… en una palabra, dar esa imagen ideal que nos hará
sentirnos más seguros frente al mundo, frente a todo. Quizás, nos
hemos olvidado que las personas somos un crisol de cualidades, un
laberinto de emociones, capaces de amar, de crear lo intangible…tal
vez, los hombres y las mujeres, a fuerza de vernos tan adulterados,
tan ficticios y fabricados, nos hayamos perdido el respeto hasta el
punto de despreciar la propia vida . Decía Franco Battiato, en una
reciente entrevista televisíva, algo así como que el ser humano había
perdido el norte, y que eso explicaría, tantos homicidios,
fratricídios, infanticidios… y que en éste momento de su existencia,
sólo le relajaba contemplar su jardín lleno de flores. Le comprendo.

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